Un agradabilísimo día de otoño, un recorrido con el río Ebro como eje principal y un ambiente fantástico fueron los ingredientes de este maratón que por tercer año consecutivo se celebra en Zaragoza.
Nuestro compañero finalizó la prueba con un tiempo de 3 horas 55 minutos y 21 segundos.


A continuación recogemos su experiencia:

“Nunca había dedicado a correr más tiempo del habitual en los entrenamientos físicos de baloncesto. Sin embargo, una vez en el comité, las salidas a correr con mis compañeros se hacían más intensas y regulares, de este modo conseguí un estado de forma más sólido, descubrí mi afición por correr y lo gratificante que puede llegar a ser. Con un entrenamiento moderado y, sobretodo, periódico el cuerpo humano te deja asombrado de lo que es capaz.

Ni que decir tiene que el ejercicio físico para preparar un maratón (tanto con el comité como el específico) redunda muy positivamente en el rendimiento como árbitro. Con el paso de las semanas descubres que los momentos finales de los partidos, donde realmente necesitamos un físico que nos permita dar el máximo sin perder la capacidad de tomar decisiones con serenidad y seguridad, se afrontan con menos cansancio y a menores pulsaciones. Lo que permite un mejor control de la situación justo cuando más se espera de nosotros.

No obstante la mejoría física no es el único aspecto en el cual la carrera continua ayuda al arbitraje. En carreras de largo recorrido la fortaleza mental es tanto (o más) importante que la fortaleza física. Cerca de 4 horas a un ritmo constante, con un cansancio muscular que aumenta de forma progresiva, pero sin llegar a dar el máximo cardiovascularmente; requieren paciencia, planificación y sobretodo capacidad de automotivación.

En un partido, como en un maratón, hay momentos en los que nos sentimos físicamente acabados (piensas que el “hombre del mazo” ha llegado). En esos momentos es cuando cobra especial importancia la preparación previa (la condición física, pero también el conocimiento de reglamento, la experiencia…) para conseguir hacer frente a las adversidades a base de automotivación y confianza en el trabajo bien hecho.

En mi caso particular correr este tipo de pruebas me ha permitido mejorar físicamente, pero sobretodo me ha enseñado que, frente a situaciones difíciles que debo solventar en un partido, la confianza en mi mismo y en el trabajo previo (conocimiento de reglamento, visualización de jugadas y charlas técnicas del comité, etc…) son los factores clave que diferencian una decisión acertada y segura, de un error.

Sólo me queda animar a todos nuestros compañeros para que dediquen un poco de tiempo entre semana para mejorar su condición física. Os aseguro que los resultados crecen de manera exponencial al esfuerzo que se le dedica.”